30 abr 2009

30 de Abril: ¡¡¡Saca al niño que llevas dentro!!!

Es verdad: Lo peor que puede ocurrirnos es dejar morir a ese niño interno que nos recuerda lo que es la verdadera felicidad. Esa risa que hacía que te doliera la panza; esa manera tan pura de amar como si jamás te hubieran lastimado. Una época sin hipocresías, sin heridas que no tardaran en sanar más que del salón a la parada del autobús. Esas amistades salidas de la nada, creadas de un momento a otro y que parecían durar por siempre. Las tonterías, las travesuras, las locuras, las invenciones. ¿Recuerdas la vez que comiste pasto? ¿Cuando besaste a un perro -porque ese fue tu verdadero primer beso-? ¿O cuando dejaste que un caracol se paseara por todo tu brazo? Ah! Y la vez que te vestiste de abejita. Ahhhh, no falla.

Ahora ni de loca harías algo de eso, ¿verdad? Y antes era tan sencillo... tan divertido... tan natural. Ahora te pones tu traje negro de seriedad andante y con desdén dices que son "cosas de niños". Te olvidas de fantasías, y de cuando solías volar...

Ya no preguntas de dónde ha salido todo. Ya no te sorprende la respuesta. Lo simple pierde valor; es lo complicado lo que de verdad importa. Ahora has crecido. Ya no pides una malteada de chocolate en el restaurante, y mucho menos se la pones a tu plato de cereal. ¿Qué dirían de tí si en una junta de trabajo se te ocurriera pedir un vaso de leche con cocolate? Y ¡ay de tí si te cachan durmiendo con un peluche!

Hoy es un día para botar todo eso. Es más: ¡Todos los días son para botar todo eso al qué carambas! ¿Qué tiene de malo? ¡Adelante, se ha dicho! Volvamos a aprender la felicidad del niño que llevamos dentro.